Toda empresa busca atraer clientes, pero en ocasiones hay algunos con los que no quisieras encontrarte. Estos pueden ser complicados, pero no hace falta que los abandones. Aquí te presentamos tres tipos de clientes difíciles y cómo lidiar con ellos.
Características
Estos son aquellos que suelen hacer muchas preguntas y nunca parecen estar seguros de lo que quieren. Su dificultad para tomar una decisión puede hacer que el proceso de venta sea muy extenso.
¿Cómo lidiar con ellos?
La palabra clave con ellos es paciencia. Parecerá que te hacen perder el tiempo, pero quieren estar seguros de que toman una decisión correcta. Por eso, la mejor estrategia es proporcionarles la información que necesiten de manera clara y concisa. No presiones, pero mantente disponible para cualquier duda adicional.
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Características
Altas expectativas y plena disposición para expresar su insatisfacción es lo que define a este tipo de cliente. Por eso, buscan siempre lo mejor y suelen prestar mucha atención a los detalles, incluso a aquellos que parecen minúsculos.
¿Cómo lidiar con ellos?
Aquí, todo debe basarse en una comunicación abierta y honesta. Asegúrate de entender sus expectativas desde el principio y mantener un flujo de comunicación constante. Si algo no está a la altura, sé proactivo en abordar el problema y ofrecer soluciones.
Características
Estos son los más fáciles de identificar y los más difíciles de tratar, ya que pueden ser verbalmente pesados y con un trato desconsiderado. Es posible que esta actitud sea desmoralizante para el personal que tiene que tratar con ellos.
¿Cómo lidiar con ellos?
En este caso, céntrate en establecer límites claros y mantener el profesionalismo. La calma y la firmeza son dos cualidades que siempre deben estar presentes. Recuerda, no es necesario tolerar el abuso; si es demasiado y te afecta a ti o a tus colaboradores, siempre está la posibilidad de ya no trabajar con ese cliente.
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Manejar las relaciones con este tipo de clientes es una de las habilidades esenciales de un buen líder. La clave es entender las necesidades y las expectativas de cada persona, pues es fundamental para una gestión empresarial profesional.
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