Juan Pablo tiene 30 años y, desde que empezó a trabajar, ha tenido una tendencia muy particular. Resulta que cada vez que recibe su salario, siente la necesidad de excusar cada uno de sus pagos y gastos.
“Este almuerzo es porque hoy no me sentí muy bien en el trabajo”, “Este café es para concentrarme en la reunión, pues dormí muy mal”, “Necesito cambiar de loción para tener opciones más variadas”, en fin.
Juan Pablo asegura que le va muy bien financieramente, y es cierto. Tiene un buen salario y nunca ha pasado penas a fin de mes, pues siempre le quedan unos centavos para almorzar y pagar la gasolina.
Pero lo que Juan Pablo no sabe es que justificar cada uno de los gastos que uno realiza es un síntoma inequívoco de los compradores compulsivos. Casi todos hemos hecho un par de compras compulsivas durante nuestra vida, pero ¿qué pasa cuando esto sucede mes a mes y no lo notamos, o no nos queremos hacer responsables del problema?
En esta oportunidad, entrevistamos a la licenciada Evelyn Morataya, psicóloga clínica, quien ha tenido a bien respondernos algunas preguntas sobre el comportamiento compulsivos y las compras por impulso. ¡Estas son sus respuestas!
Quienes hacen compras compulsivas no han desarrollado un manejo adecuado de sus emociones y eso hace que se les dificulte responsabilizarse de sí mismos. Esto hace que busquen una salida rápida a través de las compras. Los compradores compulsivos se sienten vacíos constantemente y buscan llenar ese vacío con algo físico y externo.
La licenciada Morataya indica que hay una serie de patrones o señales que determinan si se está desarrollando un patrón compulsivo, o bien, confirma la presencia del mismo. Algunos de los síntomas de la compulsión son:
Estos sentimientos son constantes en la vida de una persona que realiza compras compulsivas. Incluso, esta ha aprendido que las compras los quitan “momentáneamente”, por lo que razona que sí se está sintiendo así, tiene que volver a comprar.
Este tipo de comportamiento, así como todos los comportamientos adictivos o compulsivos, tiene un alto impacto en la economía de las personas, pues no son capaces de dimensionar lo que el gasto representa en sus finanzas, ya que solo perciben la satisfacción y el alivio. Puesto que es un círculo vicioso, muchas veces llegan a gastar grandes cantidades de dinero.
Muchas veces no reconocemos que necesitamos enfocarnos en lo que realmente importa. Si tienes trazada una meta de ahorro y no has podido avanzar en ella por las compras compulsivas, entonces debes evaluar cuáles son tus prioridades.
La disciplina del ahorro debe fomentarse desde el hogar, pues esto nos ofrece una formación madura del valor real del dinero. ¡Nunca es tarde para comenzar a ahorrar y cambiar los hábitos que nos han estado deteniendo!
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