El presupuesto es la base de la planeación de cualquier proyecto personal. Ya sea que necesitemos uno diario, semanal, mensual o anual, esta herramienta nos ayudará a planear y registrar todos los gastos para tener un control.
El presupuesto sirve también para identificar qué y cómo estamos usando los recursos que tenemos disponibles a fin de optimizarlos y ser más productivos.
El punto clave es invertir sólo lo necesario de acuerdo a lo disponible.
Gastar de más es un error que se presenta con más frecuencia de lo que pensamos, lo que deriva en inestabilidad y pone en peligro el plan maestro.
Por eso aquí te decimos paso a paso cómo hacer un presupuesto personal.
Paso 1: Establece prioridades
Todos tenemos gastos basados en la necesidad y el deseo, así que primero debemos definir cómo los vamos a dividir.
Hay que pensar en todo, desde alimentación, vivienda y sustento hasta vestimenta y gastos médicos, sin olvidar una partida para diversión o entretenimiento. Incluso hay que considerar un ahorro para contingencias.
Paso 2: Suma los ingresos
Una de las primeras cosas es saber con cuánto contamos. Aquí caben los salarios, intereses por ahorro, cuentas de jubilación, seguros y cualquier fuente de ingresos que tengamos aunque no sean de manera periódica.
Paso 3: Calcula los gastos
Puedes comenzar por anotar cada quetzal que uses y al final de mes definir cuáles fueron los gastos fijos para ingresarlos a tu planilla de control y cuáles fueron caprichos que no merecen repetirse
Paso 4: Lleva un registro y se discipliado
Una vez que tengas claro todos los egresos e ingresos, registra cada concepto en tu presupuesto diario.
Te sorprenderás al saber cuánto estás gastando en café y cigarros (lo que de paso te impulsará a dejar de fumar). Obviamente hay cosas que pueden dejar de comprarse pero sé realista y no aspires a reducir todo de una vez. Te recomendamos crear una plantilla de Excel para llevar tu presupuesto. En la medida en que tengas orden y seas disciplinado, se verán los resultados.
Finalmente si cuentas con un registro minucioso sabrás en qué te estas equivocando pues todo quedará por escrito.
Un presupuesto personal que no tiene un objetivo, difícilmente se mantendrá en nuestra mente. Por ejemplo puedes pensar en cambiar tu carro o remodelar tu casa. Eso te dará un impulso, ya que si logras amarrar una meta a este control restrictivo, te será más sencillo conservar el rumbo.
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