Lo que no puede ser medido no puede ser mejorado. Esa es una premisa básica en la administración.

¿Cómo puedes controlar una empresa si no cuentas con información? Es imposible. Los expertos acuñaron un término para ello. Se trata de los KPIs.

¿Qué son? También conocidos como Indicadores de Desempeño Claves (Key Performance Indicators) son una serie de medidas cuantificables que una empresa usa para monitorear el rendimiento y progreso de sus objetivos estratégicos, así como para revisar que sus finanzas estén sanas y compararse a sí mismas.

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Los KPIs varían entre empresas y ramos industriales. No se puede medir igual a todos, pero sí se pueden tomar algunas variables comunes. En realidad se trata de adaptar algunas normas a la estructura o desempeño de la empresa para poder tener resultados útiles y confiables.

Por ejemplo, si se trata de una empresa que se dedica a fabricar asientos para aviones su principal indicador serán sus ingresos y el posicionamiento en el mercado respecto a los años previos.

Otro ejemplo es el de las tiendas minoristas, cuyo KPI principal es las ventas facturadas en un año y la comparación respecto al pasado.

Los KPIs más comunes son los controles financieros que miden los ingresos y ganancias. El más elemental es la utilidad neta, que representa la cantidad ganada por la compañía después de todos los gastos e inversiones. Generalmente se mide en dólares, ya que esta moneda es un referente internacional del mercado.

Hay quienes por no saber el significado de KPI, le temen, pues después de una medición suelen venir cambios, ajustes y hasta despidos, pero no hay nada más positivo para una empresa que la organización continua.

Otro KPI común es el del ingreso bruto, que cuantifica las ganancias después de contabilizar sólo los gastos operacionales, es decir los exclusivamente asociados a la producción.

Y aquí habría que diferenciar muy bien las inversiones que corresponden a la producción y las que vayan a otros factores como el crecimiento, la expansión, los gastos imprevistos, etcétera.

Una empresa sana es aquella que cuenta con suficiente flujo de efectivo para cumplir con sus responsabilidades legales, laborales y tributarias. Es así de claro, si un negocio no da para cubrir todo esto, entonces no es negocio y habría que reconsiderar su reconversión o, en su caso, su cierre.

Una característica fundamental de los KPIs es su periodicidad. De poco o nada sirve ejecutar un diagnóstico si no se repite después de un determinado tiempo para contrastar el desempeño.

Cabe señalar que no todas las KPIs son de corte financiero, también las hay relacionadas con el servicio, el ambiente laboral, la rotación, el número de clientes y otros indicadores de calidad muy específicos de acuerdo al tipo de negocio y/o industria en la que está involucrada.

El punto es que con los resultados se proyecten objetivos y después de cierto tiempo se vuelvan a medir para establecer nuevos retos.

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