Los mercados financieros han evolucionado con el tiempo y se han encargado de definir dónde y cómo podemos invertir nuestro dinero.

Los inversionistas han tenido que convertirse en ágiles manejadores y lectores de tendencias para conseguir los mejores rendimientos.

La volatilidad es un tema constante del que hay que estar atentos, pero no temerosos. Es sólo cuestión de tener claro qué queremos y de no tomar decisiones aceleradas.

La clave es el tiempo y mantener el horizonte fijo pues las inversiones a corto o largo plazo pueden ser percibidas de manera distinta por cada inversionista.

Para establecer nuestras prioridades financieras es necesario:

  • Definir qué es lo que entendemos como inversiones a corto plazo e inversiones a largo plazo.
  • Tener un objetivo, es decir ¿para qué quiero ese dinero?, ¿es para financiar un proyecto nuevo?, ¿una participación en una empresa?, o ¿provisionar dinero para algún pago?
  • Elegir el tiempo de inversión. Si se trata de un proyecto menor a un año entonces claramente estamos hablando de corto plazo donde puedo tener disponibilidad ante un imprevisto.

Sin embargo en una inversión se busca tener a nuestro favor el crecimiento de la bolsa, de las acciones o de la firma a la que estamos apostando. El plazo lo determinas tú, no el asesor, ni la bolsa. Pero sí hay tiempos preestablecidos que ofrecen condiciones específicas.

En la variable de rendimiento siempre será un factor el tiempo.

Si un instrumento tiene altas probabilidades de sufrir fluctuaciones se dice que es de riesgo o volátil. Un ejemplo claro son las acciones de la bolsa de valores o las sociedades de inversión.

En contraste, instrumentos como deuda a corto plazo o certificados bancarios son considerados de bajo riesgo.

Cuando estamos dispuestos a invertir debemos tener claros los objetivos trazados, los plazos que estamos buscando y los rendimientos deseados.

Si es a corto plazo, la respuesta es instrumentos poco volátiles, que no tengan grandes variaciones pero que sí mantengan el poder adquisitivo de nuestros recursos.

Si es a largo plazo podemos buscar cierta volatilidad en un porcentaje de nuestro portafolio para obtener mejores rendimientos.

Al final la respuesta está sólo en ti, pero siempre considera este panorama antes de dejar tu dinero en manos de alguien más.

¿Ya solicitaste tu tarjeta de crédito empresarial?