Si te interesa solicitar tu primer préstamo, hay 10 consideraciones clave que debes tomar en cuenta para que el banco te lo apruebe sin problemas.

Casi siempre, cuando pensamos en pedir un préstamo, nos asaltan toda clase de dudas, miedos e inseguridades que arrastramos desde pequeños, y que nos hacen preguntarnos si en verdad valdrá la pena y si no nos estaremos metiendo en apuros.

Es un hecho que, si lo estamos considerando, es porque tenemos la necesidad de afrontar un gasto de emergencia o queremos hacer una inversión que nos permita poner en marcha algún proyecto.

Infórmate y elige

La clave para eliminar los miedos al obtener tu primer crédito está en informarte lo mejor posible acerca de todas sus implicaciones y definir exactamente qué es lo que necesitas.

• Requisitos: Primero, es vital que cumplas con ciertos requisitos: Ser mayor de edad, tener la ciudadanía y el documento de identidad, y en algunos casos, contar con un fiador, son algunos de ellos.

• Cantidad: Debes definir cuánto dinero vas a solicitar, que no debe ser ni más ni menos del que necesitas. Pedir más implica que aumenten los intereses y, por tanto, los pagos periódicos y el costo total del préstamo. Pedir menos implica el riesgo de limitarte en algún rubro importante.

• Condiciones, deberes y derechos: Leer totalmente y preguntar todas y cada una de las condiciones a que te comprometes a la hora de firmar el contrato es indispensable, y sin embargo, la mayoría de las personas no lo hace. Dedícale el tiempo necesario, pues te evitará muchas confusiones y dificultades posteriores.

• Claridad y transparencia: Si no tienes todo claro, principalmente las cantidades parciales y totales exactas que tendrás que cubrir, no firmes. El asesor del préstamo debe explicarte todo lo que implica el crédito y entregarte una proyección de tus pagos.

• Tiempo de entrega: Es muy importante establecer si las fechas de pago y el cobro de intereses empiezan a correr desde que recibes el monto solicitado, o si empiezan al firmar el contrato. Evalúa la conveniencia en cualquiera de los casos.

• Plazo de pago: Conocer los plazos te permitirá visualizar si tendrás la solvencia o capacidad de pago en dicho periodo, lo cual no debe ocasionarte tensión ni agobios innecesarios. La idea es liberarte, no esclavizarte.

• Opciones de formas de pago: Más opciones, tales como transferencias electrónicas, débito en cuenta y depósitos en cajas que puedan realizarse las 24 horas, te facilitarán realizar tus pagos en tiempo y forma, aun cuando se atraviesen días festivos.

• Intereses y comisiones: Deben quedar especificados con claridad en el contrato que firmes, para que conozcas el porcentaje de dinero que representa adquirir el crédito, y evalúes si te convienen o no, a corto y largo plazo, y si estás en la posibilidad de cubrirlos.

• Posibilidad de prórrogas: La mayoría de los créditos te ofrecen prolongar el periodo de pago. Cada institución otorga diferentes lapsos de tiempo después de cierto número de días. Esto puede servirte de apoyo si sucede algo inesperado.

• Penalizaciones: Ya sea por demora o por no cubrir la cantidad especificada, el porcentaje a aplicar debe ser fijo y quedar bien definido. Por lo general, se calcula a partir de los días que te hayas demorado en pagar la cuota correspondiente.

Un préstamo puede ser liberador y resultar de mucho beneficio, siempre y cuando cumplas con los pagos y te mantengas al corriente.

Al momento de solicitar tu primer crédito, asegúrate de contar con un buen historial crediticio y tener la solvencia económica necesaria para cumplir con el compromiso financiero que vas a adquirir.

Elaborar un presupuesto personal te servirá de mucha ayuda para hacer rendir tus ingresos y cumplir con tus pagos.

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