En un mercado laboral cada vez más competitivo, atraer y retener talento de calidad se ha convertido en una prioridad estratégica para las organizaciones. Aquí es donde entra en juego la marca empleadora: la percepción que tienen los candidatos y empleados sobre una empresa como lugar para trabajar.
Construir una marca empleadora sólida y atractiva no solo mejora la captación de talento, sino que también fortalece la cultura organizacional, aumenta el compromiso de los colaboradores y mejora la reputación de la empresa.
La Propuesta de Valor al Empleado (EVP) es la base de una marca empleadora fuerte. Responde a la pregunta:
¿Qué gana una persona al trabajar en esta empresa, más allá del salario?
Debe incluir aspectos como:
Una EVP clara y auténtica permite que los candidatos se identifiquen con la empresa desde el primer contacto.
Una marca empleadora sólida se comunica de forma constante y honesta a través de todos los puntos de contacto con candidatos y empleados: sitio web, redes sociales, entrevistas, eventos, etc.
Mostrar testimonios reales de empleados, videos de la cultura laboral y experiencias auténticas genera confianza y refuerza la identidad de la organización.
La experiencia del colaborador es el corazón de la marca empleadora. Escuchar activamente mediante encuestas internas, entrevistas de salida o reuniones abiertas permite detectar áreas de mejora y demostrar que la empresa valora el bienestar de su equipo.
Una buena marca empleadora se construye desde dentro: los colaboradores satisfechos se convierten en los mejores embajadores.
El proceso de selección también forma parte de la marca. Una comunicación clara, tiempos de respuesta razonables y un trato respetuoso —incluso para quienes no son seleccionados— dejan una buena impresión y aumentan la reputación de la organización en el mercado laboral.
Las redes sociales son aliadas clave para mostrar la vida dentro de la empresa. Publicar logros del equipo, historias de éxito, iniciativas internas o voluntariados proyecta una imagen humana, cercana y atractiva.
Plataformas de reclutamiento también influyen en la percepción externa, por lo que es importante gestionar los comentarios y mantener perfiles actualizados.
Como toda estrategia, la marca empleadora necesita ser medida y adaptada. Algunas métricas útiles son:
Evaluar estos indicadores permite tomar decisiones más informadas y mejorar continuamente.
Construir una marca empleadora sólida no se trata solo de atraer talento, sino de crear un entorno laboral genuino, coherente y centrado en las personas. Las organizaciones que logran alinear su cultura interna con su imagen externa generan valor sostenible, fidelizan a sus colaboradores y se convierten en referentes del mercado.
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