El estrés, las reuniones permanentes y cuando las cosas no salen como se tenían planeadas pueden convertir el más soleado de los días en uno tormentoso. Si ese ha sido tu caso, sigue estos consejos para terminar el día rápido y tranquilamente:
Aunque suene algo básico y común, debes hacerlo. Levántate de tu puesto de trabajo, dirígete a otro espacio donde puedas estar a solas para practicar el siguiente ejercicio, conocido como la técnica “4-7-8”. Se trata de una forma que permite la relajación para acabar con la ansiedad y los nervios y que se usa, generalmente, para conciliar el sueño.
Lo que debes hacer es tomar aire por la nariz, durante 4 segundos, aguantar la respiración durante 7 segundos y exhalar durante 8 segundos. Esto permite que haya una mejor captura del oxígeno.
Si no tienes mucho tiempo, tómate solamente cinco minutos para desconectarte de lo que estás haciendo y con tu celular entretén a tu mente en una actividad distinta que te genere placer y alegría.Desde ver un video gracioso de YouTube, hasta escuchar en alto volumen tu canción favorita; pueden ser tácticas bastante útiles para superar el mal momento. Esas actividades pueden generar en tu cuerpo una producción mayor de oxitocina, lo que estimula una sensación de felicidad, contrarrestando los efectos del estrés y del malgenio.
Muchas veces la condición del estrés hace que la concentración no se pueda lograr fácilmente, porque se le está dando prioridad a otro tipo de sentimiento y porque es un pensamiento que muchas veces puede ser bastante complicado evadir.
Entonces, si tienes la opción de dejar una de las tareas de tu trabajo para unas horas más tarde, hacerla desde tu casa o posponerla hasta el siguiente día; puede ser algo muy útil que te permita lidiar mejor con la situación. Eso no solo te permitirá no reducir la calidad de tu trabajo, sino que también te dará el tiempo para hacerle frente a ese sentimiento negativo y superarlo más rápido.
Cuando niegas que las situaciones se den como se están presentando o simplemente no asimilas el hecho de que hayan sucedido como sucedieron, realmente terminas cargando una culpa más pesada. Más aún, cuando se trata de algo que sencillamente ya no puedes cambiar, no puedes devolver el tiempo y no tienes una respuesta inmediata para lograrlo.
Una de las mejores formas de sobrellevar esto, es ser sincero contigo mismo y aceptar las situaciones, los sentimientos y pensamientos negativos, en vez de evadirlos. Una vez trabajas y te concentras en cómo se dieron las cosas, por qué se dieron así y qué puedes hacer al respecto, todo será más sencillo de superar.
Cuando tienes la oportunidad de desahogarte, de hablar con otras personas al respecto y escuchar la apreciación de otros sobre la situación, el momento puede cambiar. La posibilidad de compartir tus pensamientos te permite pensar las cosas de una forma distinta y considerar otros ángulos. Pero a la vez, también te ayuda a que superes las situaciones de una forma mucho más sencilla.