Si como empresario estás considerando un préstamo, quizás te has encontrado con estos dos conceptos: fiduciario e hipotecario. Ambos están íntimamente relacionados con el financiamiento empresarial, específicamente los créditos, pero cada uno con características que los diferencian.
Si quieres saber más sobre a qué se refieren estos términos, sigue leyendo porque te explicamos de qué se trata.
¿Qué significa cada uno?
Cuando se solicita un crédito, sea personal o empresarial, la entidad financiera que los otorga necesita cierta seguridad de que la deuda será pagada. Por lo tanto, ambas palabras se refieren al tipo de garantía que les ofreces.
Crédito fiduciario
Como su nombre lo indica la garantía es un fiador que se compromete a pagar el crédito con sus ingresos. Para préstamos personales, suele ser un tercero quien acuerda cubrir el pago si el deudor no pudiese.
En el caso de los empresariales, el fiador es la empresa o el representante legal, por lo que se debe comprobar que la institución tiene cierta capacidad económica. Generalmente se considera que tenga estabilidad y pueda cubrir los pagos mensuales.
Crédito hipotecario
En este caso la garantía es un bien inmueble del cual la entidad financiera puede disponer en caso no se pague la deuda. Algo importante a mencionar es que no necesariamente debes contar con dicho inmueble previo a pedir el crédito, ya que también está la posibilidad de que pienses adquirirlo con el mismo.
¿Cuál me conviene?
Muchas de las opciones de créditos empresariales brindan la facilidad de escoger cuál es la garantía que más te conviene, ya sea fiduciaria o hipotecaria. Por eso, es importante saber en qué instancias te conviene uno u otro.
Primero lo primero. Si no posees bienes inmuebles y no piensas adquirir uno con el préstamo, la garantía deberá ser obligatoriamente fiduciaria. Ahora, si lo que quieres es comprar una bodega, oficinas, un edificio u otros, la mejor opción suele ser hipotecaria.
Más allá de estos matices, podemos mencionar que un crédito hipotecario generalmente te permite solicitar un monto mayor, ya que la garantía es más segura. Es decir, para la entidad financiera, un bien inmueble suele representar un riesgo menor de pérdida, por lo que están dispuestos a otorgar una cantidad más alta.
En el caso de un fiduciario, suele ser una mejor opción para créditos de montos menores, especialmente cuando son a corto plazo. También es altamente recomendable para las pymes que buscan liquidez para completar proyectos, cubrir ciertos gastos imprevistos o modernizar los procesos de producción, por ejemplo.
Al final, ya sea fiduciario o hipotecario, tú eliges cuál es el que más te conviene. Recuerda que, aunque ambas sean garantías que te permiten solicitar un crédito, cada uno tiene sus matices y debes buscar la opción que mejor se adapte a las necesidades y capacidades de tu empresa.
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