Los clientes son la base de tu negocio. Si no hay clientes, no hay ventas. Y si no hay ventas, no hay negocio.

Hay empresas que aseguran amar a sus clientes pero su conducta no lo demuestra. La indiferencia, el maltrato y la incapacidad de servicio mata cualquier relación empresarial.

Y no se trata sólo de mantener a los actuales, sino de cómo buscar clientes nuevos de acuerdo a nuestra capacidad de producción.

Uno no puede entender a las organizaciones que se quejan de las peticiones, llamadas o solicitudes de sus clientes. Y menos a aquellos que se burlan o hacen cosas para afectarlos.

Una buena cultura empresarial es aquella que está enfocada en una buena atención para los clientes existentes y los potenciales. Si no existe, entonces la empresa está en problemas.

El crecimiento de una empresa depende su habilidad para crecer la base de clientes, pero no cualquiera, sino los que realmente ayuden al negocio. Como las personas, existen clientes tóxicos que dañan el negocio. Por ejemplo, los que exigen exclusividades, o tiempos de entrega que afectan la producción y la relación con otros clientes.

Un buen ejemplo es el de la fila en la cadena de hamburguesas, aunque vayamos a pagar, uno no puede brincarse la fila o pedir un filete. Ahí venden sólo hamburguesas y hay que esperar turno de atención. Si podemos entender y respetar eso, entonces ¿por qué no habría de funcionar en otros planos?

Para elegir nuevos clientes conviene preguntarse siempre:

  • ¿Qué resuelven para nosotros y qué resolvemos para ellos?
  • ¿Es redituable para ambas partes?
  • ¿Este cliente nos hace crecer o sólo es para salir del paso con algunos gastos de rutina?
  • ¿Qué beneficios habrá en una relación a largo plazo?
  • ¿Cuál es su historial con otros proveedores?
  • ¿Es un cliente que paga bien y a tiempo?

La frase “El cliente siempre tiene la razón” es la mentira más grande del mundo de los negocios. Ya que se trata de una relación donde debe haber beneficios para ambas partes. Eso es un pensamiento del siglo pasado, como cuando era correcto tener esclavos. Y ahora sabemos que no sólo está prohibido, sino es inhumano y nadie se atrevería a defender esa idea en el presente.

Si no encuentras perspectivas favorables entonces debes girar el timón y lanzar la red en mejores aguas. Puede ser difícil dejar ir algunos clientes pero se trata de perfilarse de mejor manera para hacer crecer la empresa.

En caso de que siga siendo difícil, tal vez debas preguntarte si es bueno redefinir o adaptar tu oferta al mercado usando todas las estrategias que estén a tu alcance.

¿Ya solicitaste tu tarjeta de crédito empresarial?