Para muchas personas las preocupaciones económicas siempre están presentes. Si bien angustiarse no es la solución, tener un plan para manejar los problemas financieros puede contribuir a aliviar el estrés.
¿Estás sometido a tensión por cuestiones económicas? En este artículo te compartimos algunos consejos para reducirlo y mejorar el manejo de tus finanzas personales.
Si en algún momento percibes ciertos síntomas de ansiedad financiera, nuestra sugerencia es que inicies por identificar los problemas específicos que lo ocasionan. Algunos de estos síntomas son la incapacidad para relajarte, tensión muscular o dificultades para conciliar el sueño. Ya sea una deuda por una línea de crédito o el pago de tus facturas mensuales, por ejemplo.
Identificar la fuente del estrés será de gran ayuda para el próximo paso. Algunas prácticas clave son anotar tus retos más grandes, mantener una lista corta de gastos o revisar tu presupuesto cada tres o seis meses a medida que tus circunstancias cambien.
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Cuando tienes un presupuesto ajustado, llegas a pensar que no tienes los ingresos suficientes para lidiar con tus problemas financieros. Sin embargo, es necesario que aproveches al máximo tus recursos y que tomes conciencia de que cada paso cuenta.
Quizás en este momento no puedas reducir Q 300 en un solo rubro de tu presupuesto, pero sí es posible identificar varios gastos que puedes recortar. En este caso, la clasificación es clave, así que dividirlos en necesidades y deseos para encontrar maneras efectivas de reducir aquellos que no son indispensables.
Por otra parte, te recomendamos que analices tu patrón de consumo para identificar formas de ahorrar en esos gastos hormiga que podrían afectar directamente tu bolsillo. Esto será de ayuda para modificar tu presupuesto y darle prioridad a las metas que contribuyen a reducir el estrés financiero.
Disponer de un respaldo económico para imprevistos como reparaciones de tu auto, perder tu empleo o un gasto médico, puede ser de utilidad para disminuir el estrés financiero. Sin embargo, si te planteas objetivos poco reales, pueden convertirse en una fuente de ansiedad, así que no te enfoques en la cantidad, si no en la constancia.
Al estructurar tu presupuesto, establece un porcentaje que puedes destinar al fondo de emergencias después de conocer cuáles son los gastos esenciales. En este paso toma como prioridad contar con un fondo que cubra costos fijos de tres a seis meses para después enfocarte en metas de ahorro a largo plazo.
Una de las situaciones que se convierte en parte del estrés financiero es la acumulación de deudas, ya que puede interferir con tus metas en general. El antídoto para esta situación es disponer de una planeación para pagarlas, es decir, si tienes varias deudas considera la consolidación.
Esta alternativa te permitirá contar con mejores condiciones de crédito como tasas de interés competitivas, plazos más amplios y tener un manejo óptimo de tus finanzas personales.
El estrés por cuestiones económicas afecta otras áreas de tu vida como la salud, por ejemplo, ya que existe la posibilidad de sufrir alteraciones en el sistema inmunológico o problemas cardiovasculares. Por esta razón, la planeación es una tarea indispensable para determinar qué recursos necesitas para disfrutar de una salud financiera adecuada y tener un futuro próspero.
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