Hablar en público es una actividad incómoda y con sentimiento de miedo para muchos. Sin embargo, muchas veces deberás enfrentarte a exposiciones y presentaciones, así que te damos unos consejos para que te sientas más cómodo al hablar en público.
1. Exprésate con sencillez
La gente que te escuche captará una o dos de las principales ideas que expongas. Si no puedes expresar en un par de enunciados el punto que propones comunicar, entonces tu discurso no está bien definido. Y si no sabes con previsión lo que quieres decir, mucho menos lo sabrás decir en público.
2. Organízate
Sea larga o corta tu conferencia, es importante ordenar los elementos de la misma. Hay que prever la introducción, los puntos principales que se van a exponer y la conclusión.
Una vez que sabes a dónde te diriges, puedes escoger el camino que más gustes para llegar allí. Es decisivo tener un final poderoso y contundente, pues en la mayoría de los casos es lo que la gente mejor recuerda.
3. Sé breve
La duración de tu presentación debería de ser como máximo de 12 a 15 minutos. Evita los discursos demasiado largos y complicados.
4. Sé sincero
Si tratas de ser distinto a cómo eres (poco natural), probablemente no vas a convencer a nadie. Si no te parece graciosa una anécdota, no esperes que el público se ría con ella. Si la información que pretendes transmitir no te despierta un verdadero interés, tampoco lo despertará en los demás.
5. Aduéñate de la situación
En los primeros momentos de un discurso se establece el vínculo entre el público y el expositor. Sonríe, agradece a la persona que te presentó y luego espera un momento.
No empieces hasta que hayas captado la atención de todos los presentes. Cada una de esas personas comprenderá inmediatamente que el orador le está hablando, y su cerebro se dispondrá a prestarle atención. Eso es precisamente lo que quieres.
Cuando el público se haya puesto atento, establece contacto visual. Escoge tres caras amigables: una a la derecha, una a la izquierda, y una al centro. Dirígete entonces a una, luego a otra, y así lograrás abarcar a todo el auditorio.
6. No leas, habla
Leer ante un auditorio no resulta tan eficaz como hablar directamente y con el corazón; la expresión espontánea quizá no sea tan pulida, pero definitivamente es mejor.
No es recomendable redactar discursos, pero sí puedes llevar notas para recordar lo que quieres decir, y saber en qué parte del discurso vas. Una buena idea es hacer viñetas con los puntos principales o con datos importantes que quieras dar a conocer.
7. Relájate
Cuando estamos sometidos a tensión nerviosa, a menudo olvidamos cómo respirar correctamente. Toda persona que acostumbra presentarse o actuar en público conoce la importancia de la respiración.
No inhales profunda y forzadamente, ni respires con mayor rapidez que de lo normal; te puedes hiperventilar. Para relajarte, sólo tienes que mover el diafragma suave y rítmicamente y dar inhalaciones largas y profundas.