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BIENESTAR FINANCIERO • Crédito Bi

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Diferencias entre deudas buenas y malas


No todas las deudas son malas, pues existen préstamos para alcanzar metas que, bien manejados, no afectan a tus finanzas personales.

Endeudarse no es malo cuando el objetivo final es forjar un patrimonio y no solo complementar los ingresos o pagar cosas que están fuera de tus posibilidades. Es cuando se habla de préstamos buenos y malos, y debes saber diferenciarlos para no desequilibrar tu presupuesto.

Identifica las deudas buenas

La llamada deuda buena es cuando haces un uso inteligente del financiamiento que instituciones bancarias u otras te ofrecen para alcanzar metas que de otro modo serían imposibles para ti.

Es el caso de las hipotecas para comprar una casa o de los préstamos personales para financiar un negocio que, al final, te deje una utilidad.

Una regla sencilla para determinar si un préstamo es bueno es que al final de un periodo determinado termines con un beneficio financiero que de otro modo no hubieras conseguido.

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Saca provecho de tus créditos

Y la clave para pedir prestado para sacar el mayor provecho es que elabores un plan de acción y minimices los riesgos de pérdidas. Es decir, que, una vez que contraigas la deuda y si las cosas no salen como lo planeaste, cuentes con un respaldo o un bien que te ayude a salir de ella fácilmente.

En el caso de las hipotecas, ese respaldo es la misma propiedad; en el caso del préstamo para un negocio, es el bien o la maquinaria que hayas comprado con ese crédito y al cual puedas recurrir si los resultados no son lo que esperabas.

Aparte de las hipotecas o los créditos para financiar un negocio, otros ejemplos de préstamos buenos son:

  • Para salir adelante en caso de una emergencia familiar
  • Para pagar estudios universitarios o de posgrado que te ayuden a elevar tus ingresos
  • Para solventar gastos fijos en tu negocio en épocas de poca liquidez, siempre y cuando proyectes ganancias a futuro
  • Para concretar una fusión entre empresas o ampliar tus instalaciones con la mira puesta en el crecimiento

Opta por las mejores opciones

La clave es que busques los créditos con mejores condiciones, como una baja tasa de interés y pagos acordes a tus ingresos.

También busca préstamos que te permitan hacer pagos anticipados sin penalización para que, si tienes posibilidad, los liquides antes de lo pactado y te ahorres cargos por intereses.

Una línea de crédito activa para tu negocio o una tarjeta de crédito personal puede ser de utilidad si sabes hacer un uso inteligente de ella.

Proponte liquidar el saldo total cada mes, o lo más posible, para que no incurras en altas tasas de interés que pueden hacer que pierdas el control de tus deudas.

Recuerda, además, que un buen manejo de tus créditos te abre las puertas para otros préstamos que pueden ayudarte a forjar tu patrimonio o ayudar el crecimiento de tu negocio. 

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