La comunicación es la base para resolver problemas en torno a préstamos familiares y mantener una buena relación con tus seres queridos.
En la familia, la voluntad de ayudar a los otros miembros siempre está presente, incluso cuando se trata de dinero.
El dinero, fuente de tensión
Este es un tema delicado, porque su ausencia o su abundancia suele generar tensión en las relaciones familiares. Si alguien tiene poco y apenas sobrevive y el otro suficiente para vivir bien, puede darse paso a sentimientos de inferioridad o a actitudes de presunción.
Pero cuando se presenta una emergencia que se puede resolver con dinero, por lo regular quien tiene la capacidad de darlo lo hace desinteresadamente e incurre en el error de no estipular claramente las condiciones del préstamo.
Como si se tratara de un contrato bancario, debe estipularse cuándo y bajo qué condiciones se va a pagar.
Si prestas, aclara las condiciones de pago
Si tú eres quien lo presta, lo principal es que dejes en claro que el dinero no "te sobra", sino que es un ahorro que tienes destinado a alguna meta y que lo esperas de regreso.
Cuando se trata de la familia, la persona que se siente en desventaja económica considera que los demás parientes siempre acudirán en su auxilio en caso de necesidad. Y, por lo regular, así es, pero dejará de serlo si no cumple con sus compromisos.
Las buenas relaciones con los familiares se basan en la comunicación y la solidaridad, pero también del agradecimiento y el cumplimiento de las obligaciones.
Hablen de temas financieros
Hablar de dinero no debe ser un tema tabú en las familias. Tanto los miembros que lo tienen como los que no, deben sentirse en confianza de consultarse sobre temas financieros y apoyarse en caso de necesidad.
Pero, en caso de préstamos familiares, las reglas siempre deben ser muy claras para evitar malos entendidos y posteriores resentimientos por la falta de pago oportuno o por la necesidad de tener que cobrar.
Si ves que un familiar está en dificultades económicas, adopta medidas preventivas y acércate respetuosamente a ofrecerle orientación para mejorar sus finanzas personales.
Enséñale a elaborar un presupuesto y la importancia de apegarse a él, coméntale de los beneficios de ahorrar e invertir y ayúdale a entender los temas financieros que no comprenda.
La educación financiera es la base de unas finanzas sanas y compartir tus conocimientos en familia ayudará a que todos vivan más tranquilamente y cuenten con los medios para enfrentar cualquier emergencia.
Mejora tu comunicación sobre temas financieros con tu familia y verás mejorar las relaciones y crecer la confianza mutua.
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