Los primeros 90 días serán abrumadores y es probable que tengas más tareas y personas que demanden tu tiempo. Para evitar perderse en el caos, aquí te compartimos cuatro prioridades que hemos seleccionado como fundamentales para cualquier directivo en tus primeros 90 días. Quizá quieras añadir una o dos más para tu situación particular.
Utilízalo para priorizar tu tiempo. Cada semana pregúntate: ¿Qué puedo hacer esta semana para ayudarme con mis prioridades? Y cada vez que llegue una nueva solicitud, pregúntate: ¿Encaja esto en mis prioridades o no? ¿Debería dedicar mi tiempo a esto?
1. Construir una relación productiva con tu jefe
Vas a estar muy ocupado aprendiendo a dirigir tu equipo y lo último que quieres es tener problemas con tu jefe. De hecho, lo que quieres es todo lo contrario: un entrenador que te apoye y que te ayude a aprender los trucos de la gestión.
2. Construir una relación productiva con los miembros de tu equipo
La gestión consiste en crear y mantener un equipo productivo. Y eso empieza con unas relaciones individuales productivas con cada uno de los miembros de tu equipo. Cada uno será único y requerirá enfoques diferentes. Construir bien las relaciones lleva mucho tiempo, mucho más que 90 días. Procura tener un buen comienzo.
3. Establecer objetivos y empezar a aportar valor
Es de esperar que durante los primeros meses le den un poco de margen porque todo el mundo sabe que es nuevo y que te estás adaptando. Pero en algún momento esas expectativas empezarán a cambiar y tendrás que empezar a ser dueño de tu papel y producir resultados. Es fundamental que utilices el tiempo que tienes durante tus primeros 90 días para reunir la información y hacer las evaluaciones que necesitas para crear un plan para el futuro.
4. Desarrollar las habilidades esenciales de los directivos
La gestión requiere una serie de habilidades completamente diferentes a las de un colaborador individual. Y hay que practicar para dominarlas. Y para hacer las cosas aún más difíciles, una técnica que funciona en una empresa o con un equipo puede no funcionar bien en otra: el contexto importa mucho. Tienes tres meses en los que puedes librarte de los errores porque "eres nuevo". Después se esperará mucho más de ti. Te sugerimos que empieces con las siguientes habilidades:
Delegación
Si no delegas, te verás desbordado al intentar completar todo el trabajo tú mismo. Y si delegas mal, tu equipo estará confundido y el resultado será un bajo rendimiento. Por desgracia, delegar de forma eficaz es mucho más difícil de lo que la mayoría de la gente cree. Hay que aprender a decidir qué trabajo delegar, a quién delegarlo, cómo delegarlo y cómo hacer un seguimiento sin microgestión. No es fácil.
Dar y recibir feedback
La retroalimentación es tu mejor herramienta para influir en el comportamiento de tu equipo y mejorar como directivo. Dar feedback permite a los miembros de tu equipo entender tus expectativas, lo bien que lo están haciendo y cómo pueden tener éxito. Y recibir feedback es la mejor manera de entender cómo tu comportamiento afecta a los demás y cómo puedes mejorar. Sin embargo, dar y recibir feedback suele ser incómodo y requiere mucha práctica antes de que se convierta en algo natural.
Reuniones 1 a 1
Estas reuniones semanales recurrentes son el núcleo de una buena comunicación de gestión y, por suerte, son bastante fáciles de llevar a cabo una vez que se sabe lo que hay que hacer.
Productividad
Si aún no eres un profesional de la gestión del tiempo, será mejor que te conviertas en uno, o te perderás en el torbellino de la gestión diaria.
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