Envejecer no significa perder capacidades. 

La Asociación Internacional de Gerontología sostiene que sumar años no tiene porqué ser el equivalente a perder fuerza para trabajar o hacer actividades físicas. De hecho, la inactividad está relacionada con lo obsoleto. Algo que no se usa se pierde.

Expertos en el tema han desarrollado una serie de ejercicios para el adulto mayor que están diseñados de acuerdo a sus capacidades y a las áreas que deben fortalecer en su cuerpo.

El ejercicio ayuda a prevenir o retrasar enfermedades e incapacidades propias de la llamada tercera edad. Por supuesto que esto debe ir acompañado de una buena nutrición y un ambiente social propicio.

Resistencia

Es básico hacer ejercicios de resistencia para fortalecer la respiración y el ritmo cardiaco.

La salud del sistema circulatorio y respiratorio es lo primero que se deteriora y en lo que hay que poner atención. No sólo es cuestión de actividad, sino también de consumo.

Fortalecimiento

Los músculos pierden fuerza y tonalidad con los años. Por eso es importante mantener la actividad de éstos, así como de las articulaciones para contar con la fuerza suficiente.

Equilibrio

Los riesgos de caídas aumentan de manera dramática con la edad.

Los cuidados del adulto mayor se enfocan a evitar o en su caso, tratar las lesiones derivadas de una incapacidad.

Estiramiento

Las articulaciones y huesos tienden a “congelarse”, lo que hace necesario realizar ejercicios de estiramiento.

Evita sobrecargar la actividad física después de los 65 años, pues sólo un geriatra puede definir cuánto y cuál es el ejercicio ideal de acuerdo a las características y padecimientos de cada paciente.

Las actividades físicas cotidianas también cuentan como ejercicio. Cualquier esfuerzo enfocado al fortalecimiento del cuerpo será bien recibido. No es necesario empezar con una rutina extrema y larga.

Si el adulto mayor nunca realizó ejercicio o lo hizo hace muchos años, es importante que no arranque de manera inmediata. Todo debe seguir un orden gradual e ir incrementando de acuerdo a como se vaya sintiendo.

No se trata de prepararse para competir en unos juegos olímpicos, pero sí es posible que adultos que prácticamente ya no podían caminar, empiezan a trotar y recuperan la vitalidad de sus mejores años, con sólo hacer unos minutos de ejercicio al día.

El cuidado de un adulto mayor comprende desde un esquema de protección tal como un seguro médico, hasta un programa de ejercicios de rutina. Cada quien es responsable de sus actos, pero si el adulto mayor depende de nosotros en cierta manera, es nuestra obligación entusiasmarlos a realizar actividades físicas.

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