Uno de los principales inconvenientes en la gestión de finanzas personales es la falta de objetivos. Cuando no los planteas podrías recorrer un camino sin propósito y, por lo tanto, desarrollar actividades que no representen un cambio significativo.
Por esta razón, en este artículo te compartimos el paso a paso para establecer objetivos financieros. Te recomendamos que tomes papel y lápiz porque no quieres perderte estos consejos.
1. Piensa para qué quieres ahorrar
Los objetivos financieros te ayudan a crear y organizar tu plan de acción y no tienen por qué ser permanentes. De hecho, lo más probable es que vayan cambiando a lo largo de tu vida, pues en cada etapa las necesidades también evolucionan.
La clave está en preguntarse: ¿qué quiero lograr este año y en el futuro? Por ejemplo, comprar una casa, hacer remodelaciones, consolidar deudas, adquirir un auto o crear un fondo de emergencia. Sean cuales sean tus objetivos financieros, tómalos como punto de referencia.
2. Clasifica tus objetivos
Los objetivos financieros se pueden clasificar en función al tiempo, es decir, establecer el período en el que deseas cumplirlos. A continuación, te damos el detalle de la organización para que coloques tus objetivos en la categoría correspondiente:
- A corto plazo: de seis meses a dos años.
- A mediano plazo: de dos a cinco años.
- A largo plazo: de cinco años en adelante.
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3. Fija una fecha para cada uno
Ser específico es muy útil, incluso si debes ajustar la fecha y darle un nuevo límite a esa meta en específico con el paso del tiempo. Por ejemplo, si tienes un hijo pequeño que iniciará los estudios universitarios en 2035, esta será la fecha para ese objetivo. Por otra parte, si deseas hacer un viaje para tu aniversario, tu plazo podría ser de un año a partir de hoy.
Establecer esta fecha límite será clave para estructurar tu presupuesto y definir una cuota de ahorro para hacerlo posible sin poner en riesgo tus finanzas personales.
4. Asigna la prioridad a cada meta
Esto te ayudará a determinar hacia dónde destinar tus fondos en caso de tener una menor capacidad de ahorro. Así que el siguiente paso es clasificar cada uno de los objetivos según su prioridad: esenciales, necesarios o deseados.
Por ejemplo, si tienes dos metas a corto plazo y una de ellas es aportar dinero a tu fondo de emergencia, podríamos categorizarla en “esencial” mientras que la relacionada al cambio de tu auto que aún funciona correctamente podría ser “deseada”.
Con este ejercicio, si en algún momento te quedas “corto” en tu presupuesto, ya sabes a dónde destinar tus ingresos.
5. Lleva un control del dinero ahorrado
Nuestra recomendación es que dividas el monto total que quieres reunir entre los meses disponibles. Por ejemplo, si planeas comprar una casa dentro de tres años y necesitas un enganche de Q 75,000 divide esa cantidad entre 36 meses y así sabrás que debes ahorrar una cuota mensual aproximada de Q 2,083.
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En tu hoja de control especifica cuánto dinero tienes ahorrado, la meta a la que corresponde y el total faltante. El orden y la organización en este proceso es clave para saber si vas por buen camino o es necesario hacer algunos ajustes.
Tanto en la vida cotidiana como en las finanzas personales, el disponer de metas claras y alcanzables es elemental para lograr un equilibrio y una adecuada organización de las acciones a tomar. Así que ten en cuenta estos consejos y haz posible todos tus objetivos por medio de una correcta administración.
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