Un ataque de pánico puede darle a cualquier persona en cualquier momento de la vida. Si estás pasando por esto en este instante, intenta respirar profundamente tres veces con la cabeza recostada contra la pared y los ojos cerrados.
¿Te funcionó? Sigue leyendo. ¿Qué es y por qué da un ataque de pánico? Los ataques de pánico, o ataques de ansiedad, son desbalances químicos que producen una sensación de peligro inminente y sensación de pérdida de control. ¡Guarda la calma! No sucederá nada serio.
Los ataques de pánico se producen en cualquier momento de la vida, incluso interrumpiendo nuestras actividades diarias, como conducir automóvil, estar en la oficina o caminar por la calle. Generalmente se producen cuando hay una baja significativa en los niveles de estrés. Es allí donde se desencadena el ataque de pánico.
Algunos de los síntomas
- Ansiedad
- Agitación
- Nerviosismo
- Sensación de pérdida de control
- Palpitaciones (en algunas ocasiones)
- Sensación de peligro inminente
- Náuseas y mareos
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Estas sensaciones incómodas pueden durar 5 minutos si sabes cómo controlar tu respiración o posees el medicamento adecuado para contrarrestar los efectos del episodio. En estos casos, generalmente se receta un ansiolítico de acción inmediata, como el alprazolam, clonazepam o lorazepam.
En el caso del alprazolam, es uno de los medicamentos más efectivos y eficientes para detener un ataque de pánico. En tanto, los otros ansiolíticos, a pesar de ser sumamente fuertes, se utilizan con más recurrencia como dosis de mantenimiento.
Es importante que comprendas que en un ataque de pánico tú no eres tus pensamientos. Debes dejar pasar el episodio en un lugar donde puedas estar cómodo y tranquilo. También es indispensable que bebas suficiente agua pura y controles tus respiraciones.
Si el ataque de pánico se prolonga, no olvides que puedes contar con Alerta Médica para que un médico colegiado te extienda el medicamento recetado para este tipo de ataques.
Recuerda que si estos episodios persisten con frecuencia, debes abocarte con un psiquiatra o médico especialista para que pueda evaluar tu caso.
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