Ahorrar puede parecer difícil, pero no lo es cuando elaboras un presupuesto para administrar mejor tus ingresos mensuales.
Si ya estás decidido a ahorrar, es conveniente que sepas cómo sanear tus finanzas personales y hacer crecer tu patrimonio.
Debes empezar por diseñar un plan de ahorro, para el cual necesitarás saber cuánto y en qué gastas tus ingresos mensuales y de qué cantidad dispones después de haber cubierto tus gastos fijos.
Eso te permitirá elaborar un presupuesto mensual que incluya ahorro e inversión.
Pon todo por escrito
Puede sonar tedioso y aburrido dedicar un tiempo a anotar todas y cada una de las cantidades que gastas, pero hacerlo te dará tranquilidad y disminuirá tu estrés.
Al darte cuenta del destino que das a tu dinero, te harás consciente de los gastos innecesarios que realizas solo “porque sí”, y que la mayoría de las veces te hacen gastar más de lo que ganas.
Ya con la información, podrás distribuir tus ingresos mensuales en un presupuesto de tal forma que cubra tus necesidades básicas, fijas y variables, así como destinar una parte para ahorrar o invertir.
Existen aplicaciones móviles que te facilitan la tarea, y verás que vale la pena, porque una vez definido, ajustarte a ese presupuesto te traerá muchos beneficios.
Presupuesta tus egresos
Por lo general, se recomienda destinar el entre un 5 y 20% por ciento de tus ingresos netos al ahorro. Si al principio no puedes permitírtelo, tu objetivo debe ser ir incrementando el porcentaje un poco cada mes, y esto lo puedes lograr al ir disminuyendo los gastos superfluos.
Entre los gastos fijos se encuentran:
- Renta, impuesto predial o hipoteca
- Pago mensual por deudas
- Pago de servicios como luz, gas, mantenimiento, teléfono fijo y celular
- Alimentación
- Gastos de automóvil y transporte
- Servicio médico y medicinas
- Colegiaturas y educación
- Vestido y calzado este se puede presupuestar pero no es fijo mensual
- Viajes, regalos y diversión esto no se me hace un gasto fijo
Buenos consejos
Ten cuidado en distinguir lo que consideras como “gastos necesarios” de los que no lo son. Salir a restaurantes, comprar cosas porque están de moda o cambiar tu gadget por el de última generación solo por capricho NO son gastos indispensables.
Una recomendación es asignar una cantidad adicional a la que ya destinaste al pago de deudas, para así disminuir intereses y terminar de pagarlas más rápido, con lo que te quedará un dinero extra que puedes usar para el ahorro.
También es recomendable designar una parte del presupuesto a crear un fondo para emergencias, que en lo posible, debería ser distinto al ahorro o inversión. Eso te permitirá cubrir un gasto inesperado sin tener que hacer uso de tu inversión.
Tomar las riendas del manejo de tu dinero no es una tarea difícil. Dedicarle un tiempo a la semana a tu presupuesto te ahorrará preocupaciones y sentará las bases del buen uso de tus ingresos y en consecuencia, el logro de tus objetivos financieros.
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