La única forma de alcanzar un objetivo es contar con un plan.  Por más descabellado que sea, es la base para conseguir las metas.

¿Qué estabas haciendo hace tres años? ¿Recuerdas en dónde trabajabas? ¿Cuánto ganabas? ¿Qué has podido comprar o pagar en ese tiempo? ¿Tenías algún proyecto en aquel entonces? ¿Ese proyecto vivió o se quedó en el papel?

Bueno, este texto es para reflexionar sobre lo qué quieres hacer en los siguientes tres años y cómo puedes lograrlo.

Sueña

Toma un tiempo, quizá algunos días para fabricar una lista de sueños actuales y pasados.

Incluye los más extravagantes como viajar a la luna, hasta cosas sencillas como remodelar la casa. Sólo a partir de una ilusión crece un plan.

Fija una meta

A nivel mundial, el promedio de personas que llevan algún registro sobre sus ingresos y egresos no rebasa el 20 por ciento y en América Latina apenas alcanza el 15.

Por ello, lo primero que se requiere es trazar una meta con una brújula que nos ayude a tener el control de nuestras finanzas.

Haz un presupuesto

Una vez que tomaste el control de tus gastos, haz un presupuesto para saber cuánto necesitas para llevar a cabo ese proyecto. Incluye todos los conceptos pero sobre todo cíñete al plan original sin concesiones.

¿Quieres cambiar de automóvil? ¿Estás deseando conocer París? ¿Buscas pagar todas tus tarjetas de crédito? Considera las cosas que necesitas y las que quieres, dale prioridad a las primeras pero no abandones las segundas.

Ahorra

Las metas deben ser específicas, realistas, medibles, fáciles de recordar y alcanzables. Una vez que tengas claro este panorama crea un hábito de ahorro y cúmplelo. Apóyate de herramientas como un plan de ahorro programado, donde el banco toma de manera fija cierta cantidad y la deposita en una cuenta a un rendimiento más favorable. Si hay más de un miembro de la familia que se verá beneficiado por esta meta, debes cooperar en su construcción de un plan de ahorro y no necesariamente con dinero, sino con la comprensión total del plan de austeridad es suficiente

Hemos dicho que no tengas límites al soñar, pero cuando aterrices esos sueños sí deben ser realistas en cierto grado. Por ejemplo si quieres ir a la luna ya existen compañías que ofrecen este servicio pero hasta ahora es para millonarios. Aplica los pasos anteriores y ve si con tus ahorros tendrás esa posibilidad y sólo así podrás saber si vale la pena seguir adelante.

La clave con los proyectos a tres años, son las inversiones a mediano plazo, que te proporcionan lo suficiente para concretarlos o por lo menos para arrancarlos. A veces todo lo que necesitas es un pequeño impulso, ya que es muy complicado construir un imperio en unas horas, pero sí se puede comenzar a colocar algunos ladrillos que sirvan de cimiento para cualquier cosa que te propongas.

No esperes a que pasen otros tres años, tus metas de mañana las estás haciendo desde ya pues nada enseña mejor que el éxito. 

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