Para tener unas finanzas sanas, es necesario ahorrar en familia, evitar gastos innecesarios y considerar préstamos familiares para emergencias.
La base de tu tranquilidad financiera es que no gastes más de lo que tienes y que tengas el hábito del ahorro.
Para lo primero, es esencial que elabores un presupuesto familiar que te ayude a llevar un control preciso de tus ingresos y tus gastos, con lo cual detectarás fácilmente cuando no estés manteniendo un equilibrio financiero.
Y para lo segundo lo importante es que, como parte de tu presupuesto, asignes una cuota fija mensual a tus cuentas de ahorros para emergencias y de inversión para metas a largo plazo.
Elabora un presupuesto
Date un tiempo para comentar en familia la necesidad de establecer un presupuesto y apegarse a él para poder cumplir sus metas en conjunto con tranquilidad.
Toma lápiz y papel (o abre una hoja de cálculo en tu computadora o apóyate en una aplicación móvil o una plataforma en internet), y comienza por elaborar una lista en dos columnas:
- Ingresos. Son todas las entradas de dinero que haya en la familia: sueldos, rentas, rendimientos de cuentas de inversión, regalías, honorarios, etc.
- Egresos. Donde incluyas todos los gastos fijos del hogar (renta o hipoteca, alimentación, servicios, transporte, educación, monto para el ahorro, etc.) y los variables (destinados a pagos de entretenimiento, salud, vacaciones, etc.)
La conciliación de los totales de ambas columnas te indicará si tus finanzas personales son sanas o no.
¿Ganas más de lo que gastas? ¡Felicidades! Podrás asignar tu excedente a una cuenta de ahorro con una meta a corto plazo, como unas vacaciones o la compra de un televisor.
Emprende acciones concretas
¿Gastas más de lo que ganas? En este caso en que el dinero no te alcanza para llegar a fin de mes, debes emprender acciones concretas: economizar en lo que puedas o buscar una fuente adicional de ingresos.
Analiza tus facturas de electricidad, agua, gas, televisión por cable y telefonía celular y busca opciones para ahorrar en tus consumos u optar por contratos más económicos.
Además, haz una lista de todos los gastos diarios que realiza cada miembro de la familia, por pequeño que sea. El café mañanero de la esquina, el postrecito después de almuerzo, las salidas a comer cerca del trabajo o la escuela, etc.
Te sorprenderá ver a cuánto pueden ascender mensualmente esas fugas hormiga de dinero, y eso te motivará para buscar opciones para economizar: llevarte el café y el almuerzo desde casa, por ejemplo.
Ahorra e invierte
En cuanto al ahorro programado, una vez que tengas una cantidad considerable en tu cuenta transfiérelo a una cuenta de inversión que te ofrezca mayor rendimiento para que veas crecer tu dinero rápidamente.
Parece complicado, sobre todo si sientes que actualmente el dinero no te alcanza, pero hacer consciente a la familia de la necesidad de tener un presupuesto y disciplinarse con los gastos rendirá frutos rápidamente.
La tranquilidad financiera que sentirán los motivará más para evitar los gastos innecesarios y mantener siempre sus finanzas sanas.
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