¿Sientes que tus deudas no bajan y que no estás saliendo de ellas? ¿O tal vez tienes deudas atrasadas y los recargos y las llamadas de cobranza no te dejan dormir tranquilo? Las deudas pueden agobiarnos si las dejamos crecer, así que la consolidación de deuda puede ser una respuesta para acabar con todos los pendientes y dejar uno solo con mejores condiciones.

¿Qué es una consolidación de deudas?

La consolidación de deuda es una manera fácil de pagar todo lo que debes consiguiendo un préstamo grande para cubrir todas las pequeñas deudas, como tarjetas de crédito de distintos bancos, y así pagar una tasa de interés menor en un solo pago mensual, lo que representa un avance en tus finanzas personales.

Por ejemplo:

Jorge tiene tres tarjetas de crédito y un préstamo personal por los cuales paga un interés global del 40% y en cuatro fechas de corte distintas. Si pidiera un préstamo para pagar todo, reduciría su tasa de interés en un 50 por ciento debido a las dimensiones del préstamo grande y tendría una sola fecha de corte con un pago ya establecido. Esto minimizaría el riesgo de olvidar algún pago, lo que representaría cargos mayores y tendría una fecha fija para saber cuándo terminará con sus deudas.

Al consolidar tu deuda tendrás una menor tasa de interés y un ahorro sustancial en deudas. Este paso exige mucho mayor responsabilidad y compromiso, ya que se trata de un crédito grande. Si haces todo como se debe, tu historial se fortalecerá, pues mostrarás una mayor capacidad de pago para futuros créditos.

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¿Y qué puedo pagar con la consolidación?

Generalmente, son créditos menores, pero que sumados representan una cantidad considerable, tales como préstamos personales, créditos académicos, emergencias médicas y tarjetas de crédito. Si tienes muchas deudas, digamos más de tres con diferentes tasas de interés y plazos, la consolidación es la opción que estabas buscando para reducir los pagos mensuales, administrar mejor y fortalecer tu historial.

Compara las opciones que hay en el mercado y asegúrate que podrás cubrir la nueva mensualidad de manera holgada. Siempre es preferible fijar una mensualidad menor y aportar más en caso de que te sea posible.

Tal vez se alargue el plazo para terminar de cubrir todos tus créditos, pero aun así terminarás ahorrando en intereses y sobre todo en muchos dolores de cabeza.

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