Se siente bien trabajar con personas conocidas, hablar en taquigrafía y llegar a un consenso que refuerza la confianza sin el conflicto que puede suponer el desacuerdo.
Sin embargo, las investigaciones sugieren que los grupos con perspectivas diversas tienden a ser más eficaces a la hora de resolver problemas e innovar, quizá porque las personas se esfuerzan más por explicar puntos de vista únicos y analizar nueva información que cuando están rodeadas de personas con los mismos antecedentes o experiencias. "La diversidad nos empuja a la acción cognitiva de un modo que la homogeneidad simplemente no hace", escribe la investigadora Katherine W. Phillips.
Y cuando buscas y aceptas nuevas perspectivas, no sólo te ayudas a ti mismo, sino que también fomentas el tipo de lugar de trabajo en el que la gente se anima a compartir sus ideas, incluso si desafían el status quo, porque saben que su contribución será escuchada y valorada.
Entonces, ¿cómo puedes aprovechar la diversidad de pensamiento? Para empezar, prueba estos consejos.
1. Aprovecha los encuentros breves para empezar a ampliar tu perspectiva
Conocer a tus colegas como individuos con puntos de vista únicos que aportar es un poderoso antídoto contra el pensamiento de grupo, los prejuicios y la tendencia a ponerse anteojeras para centrarse en tu propio trabajo. Empezar a ampliar tu perspectiva no tiene por qué llevar mucho tiempo; puedes empezar poco a poco. Si te familiarizas con alguien en un entorno informal y sin presiones, te resultará más fácil escucharle más adelante cuando te ofrezca una idea provocativa o un comentario que pueda afectar a tu trabajo.
Para sacar provecho de un encuentro fortuito con un colega en el ascensor o durante una charla antes de una reunión de departamento, prueba hacer una pregunta sencilla como "¿Qué es lo más interesante en lo que estás trabajando?" o "¿Cuál es tu perspectiva sobre la gran iniciativa de nuestra empresa?". A continuación, escucha y comprométete con la persona.
Tanto si aprendes algo que sea inmediatamente útil como si no, estás sentando las bases de una relación más productiva. Además, estás estableciendo marcas mentales sobre cómo la otra persona podría contribuir a tu trabajo: Por ejemplo, si Tariq está centrado en ampliar los contratos gubernamentales, podría ser una fuente de información útil sobre las características del producto que los clientes valoran más.
2. Presiona a tu equipo para que piense de forma crítica, y contrata a personas con habilidades de pensamiento crítico y contribuciones únicas
Al principio de su carrera, el experimentado director de ventas Shahan Mohideen notó un patrón: Sus colaboradores directos le daban la razón "con demasiada rapidez y facilidad, lo que daba miedo, no era reconfortante", dice.
Ideó una sesión de equipo en la que un representante sacaba una cuenta y el grupo la analizaba conjuntamente, animando a cada persona (incluso a los invitados de otros equipos) a ofrecer una visión o una idea para aportar una nueva mirada a la cuenta.
Además, Mohideen cambió la forma de contratar, buscando específicamente candidatos con diferentes antecedentes que pudieran aportar una nueva perspectiva. Las preguntas que empecé a hacer fueron: "¿Qué valor único vas a aportar al equipo?" y "¿Cómo vas a hacer mejores a los que te rodean?", no sólo "¿Puedes alcanzar una cifra de ventas?". Con el tiempo, empezó a ver una diferencia real en el rendimiento del equipo. "He mirado los datos, y el equipo más exitoso que he dirigido -en términos de ingresos por ventas puras- fue el equipo más diverso".
3. A la hora de buscar proactivamente opiniones sobre tu trabajo, desafía cualquier suposición natural de que no valdrá la pena el esfuerzo
Tu cerebro puede recurrir a suposiciones comunes -que los puntos de vista de la otra persona siguen siendo fijos, que no hay retroalimentación que sea útil o que la persona está demasiado ocupada para ayudar- para tratar de disuadirte de buscar puntos de vista que puedan diferir de los tuyos. No dejes que estas excusas se conviertan en un hábito, o tu trabajo quedará sin probar y se estancará.
Piensa en los riesgos si no buscas puntos de vista que desafíen los tuyos: Un punto ciego suyo hace que un proyecto fracase o que una campaña ofenda a un determinado grupo de clientes. Piensa también en las posibles recompensas de hacer el esfuerzo extra de buscar las opiniones de los demás: Una crisis evitada o un avance revelado
En cuanto a quién preguntar, ten cuidado de no juzgar la capacidad o el potencial de alguien para contribuir basándote en tus interacciones ocasionales o en rasgos superficiales como el cargo o la edad, dice el experimentado director de ingeniería Jim Wagoner. En una ocasión, descubrió la sorprendente visión de un analista financiero que era décadas más joven que él, pero que tenía un don para hacer preguntas estratégicas de ingeniería de alto nivel. "Esta persona amplió realmente la visión de nuestro equipo técnico sobre lo que debía ser el proyecto. A partir de ese momento, empecé a buscar personas que tuvieran ese tipo de actitud de colaboración y que pudieran hacer avanzar mi pensamiento".
4. Identifica los momentos en los que la búsqueda proactiva de una perspectiva diversa sería especialmente valiosa para tu objetivo o proyecto.
Por supuesto, no es realista ni prudente detenerse 10 veces durante cada proyecto para escuchar las ideas y opiniones de nuevas personas. Pero los puntos de vista alternativos pueden ser especialmente útiles cuando:
Tu grupo es homogéneo
¿Habéis trabajado todos en las mismas funciones o en la misma empresa durante años? ¿Son todas mujeres o todos hombres? ¿Son de orígenes culturales o raciales similares? ¿Son todos ingenieros que diseñan un producto de consumo o todos expertos en marketing que describen la funcionalidad de un producto? ¿Habéis llegado a un consenso cómodo, tal vez porque estáis en piloto automático o no veis otra manera? Estas son señales claras de que podrías estar perdiendo una perspectiva importante, tanto si acabas de poner en marcha un proyecto como si estás en las fases finales.
Estás en la fase de planificación de cualquier proyecto
Es fácil suponer que lo que usted ve como un buen enfoque es también bueno para todos los demás en la empresa. Pero, ¿están alineadas sus prioridades, o incluso son correctas? ¿Es tu plan realista, teniendo en cuenta cómo debe encajar con lo que están haciendo otros equipos?
Quieres hacer algo nuevo
Si quieres hacer algo diferente a lo que has hecho antes, tiene sentido consultar diferentes fuentes.
5. Pide opiniones sobre tu trabajo de forma que sea probable que recibas una respuesta útil
¿Sería mejor presentar tu pregunta en un debate de grupo, en el que las personas pueden construir ideas a partir de otras, o en una conversación individual, en la que es más probable que consigas una interacción sincera sin que dominen las voces más fuertes? Sea cual sea la opción que elijas, avisa a la gente con antelación, para que tenga la oportunidad de pensar en ello de antemano.
En cuanto a la forma de preguntar, haz que tu petición sea específica para aumentar las posibilidades de un intercambio productivo. Y deja claro que quieres una crítica, no sólo una afirmación. Por ejemplo:
Pobre: "¿Qué te parece mi informe?"
Mejor: "Me interesa conocer su opinión sobre mi informe, en concreto sobre cómo cree que el tono resonaría entre sus clientes. ¿Qué falta aquí? ¿Qué estoy pasando por alto?"
6. Cuando escuches una opinión con la que no estás de acuerdo, tómate el tiempo necesario para considerarla en lugar de atacarla o descartarla de plano.
Pocas personas seguirán compartiendo contigo si tu primera respuesta es "Eso no funcionará" o "Es una idea tonta". Nuestras reacciones instantáneas se ven fácilmente coloreadas por el exceso de confianza y las percepciones inconscientemente sesgadas de los demás: él es inexperto, ella es ingenua, etc.
Tácticas como las siguientes pueden ayudarle a adoptar una mentalidad de curiosidad y a mantenerse abierto a las opiniones de los demás el tiempo suficiente para evaluarlas objetivamente:
Escribe las opiniones de la persona con tus propias palabras
Resumir por escrito te ayuda a separar los puntos principales de las impresiones personales que puedas tener sobre la persona y la forma en que ha transmitido el mensaje. Esta táctica puede ser especialmente útil si la persona ha sido torpe, apasionada, inarticulada, conflictiva o ha supuesto un reto.
Haga preguntas para centrarse en los puntos más importantes
Si, a pesar de su petición específica de aportaciones (véase el punto 5), la opinión de la persona se siente fuera de base o difusa, ayúdele a aislar sus buenas ideas haciéndole preguntas como "¿Qué problema resolvería su enfoque?" o " ¿Cuál crees que es el aspecto más importante de lo que acabas de compartir?".
Comparta los fundamentos de su perspectiva como forma de abrir la discusión
¿Es posible que tu perspectiva y la de la otra persona no estén tan alejadas como parece? Comparta las prioridades y el contexto en que se basa su enfoque, y anímele a hacer lo mismo.
7. Utilice algunos criterios estructurados para evaluar la información que recibe
La gente se siente atraída por la forma en que se presenta una idea tanto como por sus méritos reales. Así, si Nayeon supera su cuota de ventas, o suena segura de sí misma, o se parece a ti, es posible que te sientas inclinado a aceptar cualquier idea que comparta (esto se llama "efectohalo"). Luego está el "efecto cuerno" inverso: si Renee no puede mantener su agenda en orden o su lengua materna es diferente a la tuya, puedes suponer erróneamente que se le escaparon detalles o que hizo una mala valoración de tu propuesta.
Establecer criterios objetivos para evaluar las ideas de los demás te ayuda a centrarte en lo importante e ignorar el intento de tu cerebro de sacar conclusiones precipitadas. Por ejemplo, puedes preguntarte:
- ¿Qué problema podría resolver esta idea?
- Si ponemos en práctica la idea, ¿cuáles son los posibles resultados y la probabilidad de cada uno de ellos?
- ¿Han probado otros esto o algo similar? ¿Qué resultados obtuvieron?
- ¿Hasta qué punto es factible o realista la idea, teniendo en cuenta sus limitaciones de tiempo y presupuesto?
- ¿Cómo encaja con mis habilidades y capacidades o las de mi equipo?
8. Considera la amplia gama de acciones que puedes realizar con esta nueva información, más allá de aceptarla o descartarla
Puede que un contacto de marketing comparta información sobre los clientes que sea tan sorprendente que le haga darse cuenta de que necesita cambiar completamente sus prioridades. Pero la información rara vez será tan clara y te dejará debatiendo si debes actuar o no y cómo hacerlo.
En algunos casos, tiene sentido incorporar una pequeña parte: tal vez las ideas de los clientes procedentes del marketing no cambien radicalmente el diseño de su proyecto, pero le lleven a retocar su plan de comunicación. Si decide seguir adelante con su forma original, mantenga viva la nueva idea documentándola en un archivo de "aparcamiento". Tal vez pueda poner a prueba el concepto en conversaciones con otras personas ("Omar me mostró un informe que sugiere que la privacidad de los datos es la principal preocupación de nuestros clientes; tengo curiosidad por saber su opinión al respecto"). Escuchar las reacciones de múltiples fuentes puede aportar algo de claridad o nuevas ideas que puedas utilizar en el futuro.
Independientemente de lo que decida hacer con la aportación que alguien compartió, agradezca a esa persona y compártala: " Muchas gracias por cambiar mi perspectiva" o "La aportación que me has hecho me ha ayudado a renovar mi plan de comunicación" o incluso "Te agradezco que te hayas tomado el tiempo de compartirlo. Aunque voy a mantener el rumbo de este proyecto, me has dado muchas cosas en las que pensar de cara al futuro". El hecho de compartir demuestra que se valora la contribución de la otra persona y fomenta una cultura que apoya el libre intercambio y debate de ideas.
9. Aporta tus propios puntos de vista divergentes, sobre todo si sospechas que van a iniciar una conversación útil
Tu punto de vista discrepante podría atraer a otros que han estado pensando lo mismo pero que no lo han dicho por falta de confianza, timidez o por sentir que sus opiniones no son bienvenidas. Cuanto más compartas las opiniones divergentes (sin exagerar), más ayudarás a fomentar una cultura en la que está bien buscar puntos de vista diversos, discrepar y mantener un debate productivo sin conflictos malsanos.
Con algunos colegas de confianza, un "no estoy de acuerdo" sin tapujos a cualquier idea que compartan puede estar bien. Pero en la mayoría de los casos, tendrás más posibilidades de estimular el debate sin resultar molesto si reservas tu desacuerdo para cuando la gente más lo necesite, como en respuesta a una estrategia para alcanzar un objetivo y no a la elección del lugar de la comida del equipo. Además, presenta tu mensaje de una forma menos conflictiva, utilizando frases que inviten a la gente a pensar más en el tema en lugar de ponerlos a la defensiva.
Por ejemplo, si se trata de una nueva pieza de marketing:
Pobre: "¡Los hombres odiarán esto!"
Mejor: "¿Cómo crees que esto atraerá a nuestros clientes masculinos?" o "Estoy haciendo de abogado del diablo: ¿Qué pasa con los clientes masculinos que podrían sentir que las imágenes no son para ellos?"
A continuación, escucha atentamente las respuestas de los demás para determinar si es necesario seguir compartiendo de forma constructiva y cómo hacerlo.
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