Una rutina saludable para el adulto mayor extiende su expectativa y calidad de vida. Cuando las personas envejecen generan una dependencia para moverse, alimentarse y cuidar de sí mismos. Es parte del ciclo natural y una obligación de su entorno garantizarles la atención y el cuidado médico.
A pesar de que las capacidades neurálgicas de los adultos mayores tienen un deterioro natural, lo que complica que aprendan nuevos hábitos, siempre se pueden realizar acciones para mejorar su vida.
Expertos en Gerontología, ciencia que se encarga de la salud física y mental de las personas en etapa de vejez, aseguran que no es imposible fijarse metas para mejorar sus condiciones biológicas, psicológicas y sociales.
Por ello, te compartimos tres tips para los cuidados del adulto mayor:
1. Actividad física
Los músculos, huesos y articulaciones están desgastados y si nunca existió el hábito del ejercicio será difícil comenzar ahora, pero no imposible. El comienzo puede ser de una caminata de unos 15 minutos al día, descansando dos días por semana, de preferencia separados.
Después se puede aumentar a media hora e intercalarlo con ejercicios complementarios como estiramientos, movimientos o hasta yoga. Todo depende del bienestar que el adulto mayor vaya sintiendo para así motivarse a continuar.
2. Alimentación y cuidado médico
En la etapa de la senectud es fundamental tener una dieta rica en fibra ya que ayuda al funcionamiento digestivo. Deben evitarse demasiadas harinas, azúcares y grasas. Es conveniente contar con un seguro médico que garantice una cobertura tanto para un tratamiento preventivo como uno de urgencias.
De ser necesario realizar adaptaciones en casa como barandales, protecciones o llaves, háganlas, es una excelente inversión para prevenir accidentes.
3. Pensamiento y mentalidad
La mente es muy poderosa y todo lo que ahí pasa se refleja en el cuerpo. Todo. Las personas optimistas se enferman menos. Y eso está comprobado científicamente. Las afirmaciones positivas impactan en el estado de salud. Apoya al adulto mayor para que se sienta integrado, activo y útil. De esta manera su mentalidad estará sana y por ende su cuerpo también.
Crear hábitos saludables estriba en la disposición para mejorar la calidad de vida.
La vejez no es impedimento para empezar buenas conductas. No tienen que ser cambios drásticos, al contrario, deben ser cosas sencillas y cómodas para que las rutinas se vayan adaptando. Por ejemplo los primeros paseos pueden ser en un parque cercano acompañados de una mascota. Ese es un buen argumento para convencerlos que necesitan caminar.
Esto también depende de las personas que están en su entorno, tales como familiares, enfermeras o cuidadores. Así que lo primero que debe haber es paciencia y solidaridad hacia ellos.
La plenitud no se alcanza solo, es cuestión de tiempo, trabajo y actitud. Haber vivido muchos años no es un impedimento para sentirse bien y los adultos mayores lo saben.
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