Siguiendo la zaga de artículos asociados a Liderazgo Consciente hoy nos enfocaremos en uno de los atributos fundamentales del líder para generar culturas productivas y conscientes.
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Iniciemos con un ejemplo conocido y muy relevante a su vez. ¿Si les preguntara porque se cae la manzana? ¿Qué responderíamos? ¿Probablemente responderíamos por efecto de la ley de gravedad… no es cierto? Ante la contundencia de la puesta en marcha de una ley de la naturaleza como la gravedad, nos sentimos impotentes ante su fuerza y lo interesante de esta explicación es que nos permite declarar nuestra inocencia ante el hecho tan evidente de la ley de la gravedad.
¿Si les preguntara… ¿Podríamos hacer algo al respecto, para que no se cayera la manzana? ¿Podríamos ejercitar nuestro poder y capacidad para manejar una situación como esta? ¿Piensen y díganme que dirían? Una de las respuestas posibles es que la manzana se cae porque la dejamos caer, algo que podemos hacer es sujetarla y así ejercitar algunas de nuestras opciones.
En estas dos miradas de la vida es donde yace uno de los atributos clave de líderes y personas conscientes. Es verse como protagonista de su vida en vez de como víctima.
Dice Kofman que la VÍCTIMA es la persona que solo presta atención a los factores sobre los cuales NO puede influir. Se ve a sí mismo como alguien que sufre las consecuencias de circunstancias externas. Lo que pasa afuera lo domina, por esta razón no se ve como parte del problema, y por ende tampoco se ve como parte de la solución. Tiende a no reconocer su contribución ante los problemas, más bien tiende a señalar culpas hacia otros o hacia las situaciones externas y se da explicaciones tranquilizadoras que le permiten mantener la ilusión de inocencia cuando enfrenta la realidad del fracaso. En el lenguaje de Covey, estos son los comportamientos y paradigmas de la persona REACTIVA, su “locus” de control está afuera y por ende las conductas típicas son la culpa, la queja, la justificación, la sobre reactividad emocional, etc. Esta mirada solo afianza la inefectividad e intoxica las culturas organizacionales, los equipos, las familias y los países.
En cambio, el PROTAGONISTA presta atención a los factores sobre los cuales puede influir, lo que puede hacer, se ve a sí mismo como alguien que puede responder a las circunstancias externas y con esta práctica se empodera progresivamente y ejercita su capacidad y habilidad para responder. Así que la responsabilidad es una condición clave del protagonista. Para un protagonista el mundo está lleno de desafíos y los enfrenta como el “guerrero”.
Hoy en día con este mundo tan convulsionado, dictaduras, corrupción, refugiados, opresión, alta competitividad, etc. Me pregunto, las decisiones que tomamos son de ¿Víctima o Protagonista? ¿Nos sentimos empoderados y dueños de nuestros destinos o forzados a tomar decisiones que no queremos? ¿Hasta dónde ejercitamos nuestra proactividad y la posibilidad de ser protagonistas?
¡No son respuestas fáciles y requieren de reflexión y coraje! Viktor Frankl - Psiquiatra Austriaco, Judío que estuvo en campos de concentración y del cual sobrevivió dice que una de las cosas que lo ayudó a sobrevivir fueron sus pensamientos “Proactivos y de Protagonista”. Él desarrolló una propuesta llamada Logoterapia que resume en su Libro El hombre en busca de Sentido. Uno de los mensajes y pensamientos que lo ayudaron a transitar esta situación tan opresora y compleja fue:
“Todo puede serle arrebatado a un hombre, menos la última de las libertades humanas; el elegir su actitud ante una circunstancia dada. Si no puedes cambiar la situación que te produce sufrimiento y dolor siempre puedes elegir la actitud con la que afrontas estos eventos y sufrimientos.”
Nadie es simplemente una víctima o protagonista. Estas dos miradas expresan dos tendencias básicas de los seres humanos: La actitud franca y la actitud defensiva.
Así que, para resumir:
La víctima elige declararse inocente y adopta la siguiente manera de pensar: “si quiero salir airosa de esta situación no debo ser visto como parte del problema. Así que culpo a las circunstancias o personas que no puedo controlar o que están fuera de mi control.” Así me tranquilizo, pero el precio a pagar es la impotencia, la inacción, el estancamiento y la inefectividad.
En cambio, el protagonista elige la ruta del poder, elige entre sus opciones y se dice: “Si quiero ser parte de la solución, tengo que ser parte del problema”. Así que con esta manera de pensar paga el precio de la responsabilidad requiere coraje e ingenio para solucionar, pero a la vez se beneficia de ser más efectivo, avanzar, recuperar el poder, el autorrespeto y su dignidad personal.
Nos estamos moviendo siempre en un continuo entre actuar como víctima o ser reactivo a actuar como protagonista o ser proactivo. Vivimos este continuo, tanto en nuestras elecciones pequeñas del día a día, como en nuestras elecciones más trascendentales y significativas.
Lo que definitivamente hemos aprendido es que la consecuencia de la víctima es crear culturas tóxicas e inefectivas, y la consecuencia de actuar más como protagonista es la efectividad, productividad y el progreso.
¿Le pregunto…Dónde se encuentra usted? ¿En qué áreas, relaciones, circunstancias tiene una oportunidad para fortalecer su ser protagonista y proactivo?
“Que fracase o tenga éxito, no será obra de nadie más que mía. Yo soy la fuerza”
Elaine Maxwell
*Artículo inspirado en el pensamiento de Fred Kofman y Stephen Covey.
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